Catherine Destivelle

Catherine Destivelle ocupa un capítulo más de nuestra serie Perfiles. La escaladora y alpinista francesa tiene ganado por derecho propio un lugar de honor entre los mejores de la historia. Grandes primeras y asombrosas escaladas en solitario podrían ser sus cartas de presentación.

Continuamos nuestra serie dedicada a montañeros ilustres con una mujer que rompió el monopolio masculino del alpinismo de dificultad, dejando a más de uno con la boca abierta. Conozcamos algo más de Catherine Destivelle.

Catherine Destivelle nació en Argelia, el 24 de julio de 1960 aunque creció y se educó en Paris. La mayor de cinco hermanos, empezó desde bien joven a escalar en los bosques de Fontainebleau, meca hoy en día de los fanáticos del bloque. Desde que a los 13 años probó por primera vez la escalada, quedó irremediablemente enganchada, no sólo a subirse a las paredes, sino a la naturaleza y a la libertad que sentía cada domingo cuando se escapaba de la ciudad para escalar.
La joven Catherine escalaba siempre con chicos más experimentados que ella, y pronto fue poniéndose a su nivel, y posteriormente superándolos a todos.
Para los 15 años ya se subía por los bloques más difíciles del bosque (sin tener ni idea de lo que era un crash pad, claro…), y su evolución sería tan rápida que muy pocos años después acometería con éxito la Directa Americana al Petit Dru.

Tras un descanso de cinco años para acabar su carrera de fisioterapia, volvió al mundo de la escalada y lo hizo para centrarse en la competición. Con 25 años, se convirtió en escaladora profesional, con lo que eso supone en forma de contratos, esponsors, entrevistas y publicidad. Hay que tener en cuenta que Destivelle era una joven muy atractiva, por lo que los anunciantes se peleaban por ella. Es triste, pero en el mundo en el que vivimos, se le requería más por su belleza que por su habilidad escalando.
Aunque lo cierto es que escalaba mucho y muy bien. De aquella época, es legendario su particular duelo con la americana Lynn Hill por el «titulo» de mejor escaladora del mundo. Duelo, entre comillas porque las dos llegaron a grabar juntas un documental sobre escalada.
Un dato poco conocido: en el año 85, subió en solitario, sin cuerda y sin ningún tipo de apoyo al Puro, en los mallos de Riglos.
En 1988, se hizo con la vía Chouca (8a+), en la escuela de Boux, una potente ruta salpicada de monodedos y bidedos que era en aquel momento el referente de dificultad en deportiva, y lo mas duro escalado nunca por una mujer.
Ganó tres veces seguidas la competición de Bardonecchia, pero en 1.989 cansada, en parte del mundo de la competición y en gran medida por el agobio que le suponía ser la escaladora de moda, se retiró del circuito profesional para centrarse en el alpinismo. Como ella misma decía. » a veces quiero ser famosa, y a veces no»
Y esa era una de esas veces que no.
Gracias a aquella decisión, su carrera alpina fue impresionante, rompiendo barreras y derribando muchos mitos.
En 1.990 escaló la Torre Sin Nombre, en el Trango, en estilo totalmente libre con Jeff Lowe, y subió en solitario al famoso pilar Bonatti de los Drus, tal como hizo su aperturista Walter Bonatti 35 años antes.

Destivelle se consagró como alpinista con la apertura de una nueva vía en la oeste de los Drus durante una increíble escalada en solitario de 11 días de duración, en junio de 1.991. Este recorrido tenía duros tramos de artificial, modalidad para la que se entrenó en la arenisca americana con Jeff Lowe. Aprendió y perfeccionó las técnicas de escalada artificial con el único objetivo de acometer su proyecto de los Drus. La estancia en la pared durante tan largo periodo de tiempo le hizo madurar y aprender mucho, según ella misma ha reconocido. Existe un documental sobre esa escalada titulado «11 días en los Drus». La vía Destivelle nunca fue repetida y jamás lo será, ya que la cara por la que discurría se derrumbó en 1.997.

Pero parece que le había cogido el gusto a la escalada en solitario, y un año después volvió a embarcarse ella solita para enfrentarse a la norte del Eiger; pared que superaría en 17 horas. Aquellos de la vieja guardia que pensaban que las mujeres jamás se desenvolverían al mismo nivel que los hombres en terreno alpino de dificultad, observaban incrédulos como una jovencita con cara de niña salía victoriosa de las paredes mas míticas de los Alpes, y además en solitario, la modalidad mas exigente para cualquier actividad en montaña. Si las empresas que acometía no fuesen ya de por sí suficientemente duras, les añadía dificultad y sobre todo compromiso aceptando el desafío de escalar sola.

Por si fuera poco, la norte de las Jorasses, en solo y en inverno, y la Bonatti a la norte del Cervino también en solo y en invierno, para hacerlo mas interesante.
También en sólo, la Hasse Brandler a la Cima Grande di Lavaredo, en los Dolomitas.
Por supuesto, en todas ellas, era la primera ascensión femenina, pero eso no parecía importarle demasiado.

Probó suerte en las grandes montañas, y viajó al Latok y al Makalu, pero no consiguió hacer cima. En el año 1.995 se estrenó en las montañas de ochomil metros y logró subir al Shisa Pangma por la cara oeste.

Un accidente tras caer 35 metros dentro de una grieta le apartó de la montaña durante una temporada, en la que sufrió los dolores físicos (se rompió la pelvis), y los psíquicos por no poder escalar.
En los últimos años se ha dedicado a dar conferencias a ejecutivos sobre autorrealización, espíritu de superación y todas esas cosas que tan de moda están en los Estados Unidos.
Motivational Speaker, le llaman allí; y vienen a ser charlas de personas que han vivido y han afrontado situaciones límite en la vida, para que los ejecutivos y empresarios se auto-motiven, lancen OPAs hostiles a diestro y siniestro, y sean unos triunfadores en los negocios enfrentándose a otros tiburones con corbata, con el mismo espíritu que uno se enfrenta a un vivac en invierno en la cara norte del Cervino. No ha sido la primera alpinista de élite que se dedica a esto, ni será la última. Y si no, que se lo pregunten a Joe Simpson, el de Tocando el vacío…

Catherine Destivelle escribió un libro, titulado «Ascensiones», recomendable para todo aquel que quiera saber mas sobre la mujer que revolucionó el exclusivo mundo de la montaña, y demostró que ellas pueden darnos un buen repaso cuando se lo proponen…

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