¿Cómo elegir mochila senderismo?

Las mochilas muy pequeñas, tanto las de montaña como las de trail running, prescinden del cinturón porque están diseñadas para llevar sólo 2-3 kilos y no es necesario. Los diseños ventilados de los últimos tiempos minimizan este problema, ya que todas las mochilas de calidad incorporan canales de ventilación y están fabricadas con materiales que absorben el sudor. En conclusión, podemos deducir que no existe una mochila para todo, como tampoco existe una mochila buena y barata, por desgracia. Los modelos para mujeres hacen hincapié en moldear los cinturones y los tirantes para que la mochila tenga una anatomía igual a la del cuerpo femenino.

Estas mochilas permiten nadar y hacer cataratas sin que se moje el contenido, y la parte superior suele enrollarse y cerrarse con un clip. Es clave que estas mochilas de trekking sean ligeras y cómodas, con un respaldo transpirable y flexible. En los dos extremos tenemos las de puro senderismo, que pueden incorporar sólo unos soportes para bastones, y las más técnicas con numerosos accesorios. Sabiendo lo importante que es que el diseño del cinturón lumbar, los tirantes y el respaldo se ajusten perfectamente a nuestra anatomía, es lógico pensar que no todas las mochilas se ajustarán a todos los cuerpos por igual, y por tanto habrá tallas.

Es muy conveniente que estas mochilas tengan una división o acceso inferior para que podamos poner nuestra ropa o calzado mojado si es necesario. Existen varios tipos de mochilas en el mundo del senderismo y el montañismo, cada una diseñada para una ocasión diferente. Las mochilas de día son mochilas para excursiones de un día, o incluso mochilas para uso urbano diario. De esta forma conseguimos una mochila muy ligera y totalmente adaptada a nosotros que, en las acciones técnicas más rápidas, y al igual que los chalecos de trail running, prácticamente incorpora el peso como parte de nuestro cuerpo.

Son mochilas que normalmente tienen un tamaño pequeño, aunque hay modelos grandes que permiten incorporar bolsas de agua. Aporta la rigidez necesaria al sistema para que la carga no se mueva y la mochila sea firme, además de proteger nuestra espalda tanto sujetándola como evitando que se claven objetos en ella. Tanto las mochilas de montañismo como las de escalada suelen tener una anilla de sujeción para poder montarlas con cuerda como una mochila. Queremos denominar a este tipo de mochilas para montaña porque, aunque su uso es obvio, las preparadas para montaña cumplen unas normas de seguridad y protección en el bebé que nos permitirán caminar con ellas por la montaña de forma muy segura, y además llevan incorporados lugares de carga para el material que necesitemos.

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