Iniciación a la escalada: TU PRIMERA VEZ …

Ahora que se acerca el buen tiempo y los días se alargan, los escaladores comienzan a sacar el material del armario y empiezan a pensar en la roca caliente. Habrá quien vaya a enfrentarse a una vía larga por primera vez. Para ellos, estos consejos.

Para los que hasta ahora han escalado solamente vías de un largo equipadas en deportiva, y les empieza a picar el gusanillo por la tapia, recopilamos una serie de consejos útiles para no darse el batacazo.

Lo primero y más importante, la humildad. Si se anda justo en el 6b en deportiva, es más que probable que un 6a de pared se nos haga excesivamente duro, así que, lo más prudente es empezar con grados asequibles. Si la vía está desequipada, todavía con mucha más razón, no os metáis en nada que supere el V+.

La escalada de varios largos requiere preparación.

 Técnica

Es importante ser conscientes de nuestra experiencia (vamos a suponer que limitada), y empezar por lo fácil. Elegiremos una vía con grado que dominemos, y a ser posible equipada o semiequipada como mucho. Tendremos que tener, además de los conocimientos básicos, conocimientos de montaje de reuniones (triángulos bloqueados preferentemente), autorescate básico (esto significa dominar el rapel en todas sus modalidades y los autoseguros) y tener conocimientos de diversos nudos, que aunque puedan parecer superficiales en un principio, nos pueden sacar de más de un apuro. Por supuesto el ocho, nudo dinámico, ballestrinque y machard o prusik son totalmente imprescindibles. (Ver curso sobre nudos)
De nada nos sirve conocer todos los nudos, si no sabemos en que situación hay que aplicarlos. Así, el ballestrinque nos sirve como anclaje regulable en las reuniones, y el dinámico nos puede salvar el pellejo si por ejemplo, se nos cae la placa, ya que podemos asegurar al compañero y rapelar con él. De no conocer éste último, y si perdemos la placa a mitad de vía, podríamos vernos en serios problemas.
Un machard nos asegura un rapel sin sustos, y también nos permite descolgarnos con relativa seguridad de un buril roñoso, por ejemplo.
Si la vía exige autoasegurar los pasos con fisureros o friends, la cosa se pone seria y es conveniente practicar la colocación de seguros y probarlos a nivel de suelo anteriormente. Atención sobre todo a los fisureros, utiliza cintas largas o el movimiento de la cuerda puede sacarlos todos a medida que subes…

Elige bien al compañero

Aquí no nos vale de nada un compañero que a duras penas se maneje con el grillo. Aunque en deportiva pueda parecer que asegurar es relativamente sencillo, en vías largas la cosa cambia mucho. Sé selectivo con tu acompañante, y asegúrate de que tiene los conocimientos mínimos. Una persona que haya asegurado dos veces en un rocódromo no sabrá ni que hacer en una reunión, con todo el lío de cuerdas, a 100 metros de altura y con un montón de mosquetones y cintas entrecruzadas delante de sus narices.
Cuanto más comprometida sea la vía, más compenetrada tendrá que estar la cordada.
Es de mucha utilidad establecer un sistema de comunicación mínimo con el compañero por si no hay visibilidad o es imposible oírse uno a otro. En vías largas, las reuniones quedan muchas veces lejos de la vista del asegurador, y si hay viento, es muy posible que no oigamos nada a treinta metros…
Lo más recomendable es establecer un «código» mediante tirones de la cuerda; por ejemplo, tres tirones significa reunión (que se está autoasegurado y el compañero puede soltarnos), y dos tirones significa que el compañero está asegurado desde arriba y puede empezar a subir.
No hace falta explicar que éstas claves deben estar clarísimas entre los miembros de la cordada, ya que cualquier fallo podría suponer soltar al compañero antes de tiempo, o que el escalador empiece a subir sin estar asegurado correctamente.
Cada cordada tiene su sistema, y es interesante hablar sobre ello antes de subir si tu compañero no es el habitual…
Los que no hayan escalado nunca vías largas pueden no ser conscientes de ello, pero es muy angustioso encontrarse en pared, no oír al compañero, no verle, y no tener ni idea de que es lo que está sucediendo por arriba.

Estudia la ruta

Antes de salir, es importante estudiar el croquis, y todos los datos que se puedan recopilar acerca del recorrido que vamos a ascender. No sólo la dificultad de los largos, sino también cómo repartírselos (casi siempre hay un miembro de la cordada más experimentado o más fuerte, y habrá que organizar los turnos para que le toquen los largos duros) Datos importantes son: la dificultad, la longitud (total y de cada largo), el horario, el descenso y el acceso.
Habrá que determinar en la medida de lo posible si se va a hacer el relevo en cada reunión (lo más cómodo para evitar líos de cuerdas) o no. Esta última opción exige total limpieza y orden para que las cuerdas no se líen. A esto también ayuda conocer cómo son las reuniones. En los buenos croquis, la «comodidad» de la reunión viene reflejada. Un círculo con una línea horizontal en el medio, significará que la reunión es cómoda. Si la línea es inclinada a 45º, significa que la reunión es relativamente incómoda, y si la línea es vertical, reunión colgada.
Es interesante conocer la forma de descenso. Hay varias opciones; que se pueda bajar andando, que haya que rapelar por la misma vía, o que exista una línea de rapeles de bajada independiente.

En el primer caso, el que menos riesgo entraña, (salvo el de perderse…) asegurarse de que vamos a encontrar el camino, incluso si se hace de noche. En los dos siguientes, hay que tener cuidado con la longitud de los rapeles, y considerar si la cuerda/cuerdas que llevemos nos van a permitir llegar de reunión en reunión, o si nos vamos a quedar cortos. Si la línea de rapeles es independiente de la vía, a veces es difícil encontrarla, y aún más si se nos hace de noche.
Conviene informarse del horario aproximado para hacer la vía, y tener en cuenta que las cosas se pueden alargar si somos inexpertos. No está de más calcular por lo alto. Con la experiencia, se coge velocidad, pero al principio, los relevos en las reuniones y escalar buscando la línea por donde transcurre la vía consumen muchísimo tiempo. Es casi imposible escalar 100 metros de vía en menos de una hora, así que desconfiar de un croquis en el que marque una vía de 300 metros en menos de tres horas, que alguno hay por ahí…
Algunas vías tienen puntos en los que podemos «escapar» de las mismas; los llamamos puntos de escape o escapadas, y no está de más conocerlos por si la cosa se pone fea.
En cuanto a la aproximación, muchas veces se pierde el tiempo buscando la base de la vía, por lo que preferiremos los croquis ricos en detalles de la pared (chimeneas, fisuras, techos, árboles…) para poder situarnos respecto a la misma.
No descuidéis este aspecto, ya que no serías los primeros en perder horas buscando desesperadamente el inicio de la vía.
Los croquis detallados, también ayudan a orientarse en la pared, tomando como referencia árboles, techos, chimeneas o formaciones características de la misma que aparezcan reflejadas en el papel.

Meteorología

Conviene informarse de las previsiones antes de afrontar la escalada. Si dan mal tiempo, mejor lo dejamos para otra ocasión, y si somos muy cabezones, al menos incluiremos ropa de abrigo para el frío y el agua.
El mal tiempo además de ser incómodo, puede ser peligroso si la vía no tiene una retirada fácil.

 

Material

El material específico de escalada depende la vía, pero el básico e imprescindible es el siguiente:

-Cuerda/s: simple o dobles según las exigencias de la vía, nunca inferiores a 60 metros si hay que rapelar. Aunque la escalada se pueda hacer con cuerda simple, no esta de más llevar una cuerda auxiliar de 7 a 8mm. aunque sea en la mochila, o colgando libre del primero, para empalmar posibles rápeles, o intercambiar material con el escalador que esté en cabeza.

-Casco: no nos cansaremos de repetirlo: imprescindible.

-Mosquetones de seguro: al menos cinco o seis por cordada, sin contar con los de las placas.

-Cintas cosidas: tanto para reuniones como para alargar expreses. Para las reuniones, y si es una vía desequipada, tened en cuenta que generalmente necesitaréis tres puntos de reunión, por lo que para triangularlos, la clásica cinta cosida de 125 cm. se queda corta.

-Sistemas de freno y aseguramiento: las clásicas cestas que nos sirven para asegurar y rapelar. Ojo si lleváis el ocho, porque éste sólo deberíais usarlo para rapelar, no para asegurar.

-Un sistema de autoseguro de rapel (shunt de Petzl), o en su defecto cordino para machard.

-Cordinos varios: para autoblocantes, reuniones, refuerzo de seguros, puentes roca y un sinfín de utilidades. Tres o cuatro cómo mínimo de 5-6 mm. y 2,5 o 3 metros. Si son de Kevlar o Aramida, mucho mejor, aunque son más caros.

-Cintas expres: de diferentes longitudes, largas y cortas.

-Friends, fisureros y demás cacharrería de pared: dependerá de lo que nos indiquen las reseñas. Ante la duda, llevad de más; aunque pese siempre será mejor que quedarse corto, sobre todo cuando estamos empezando y no tenemos los mismos recursos que un veterano…Insistimos en que no sirve de nada llevar el juego completo de Camalots si no sabemos colocarlos con eficiencia y relativa soltura.

-Suele ser recomendable subir una pequeña mochila, que puede llevar el que vaya de segundo, con agua, algo de comer, y algo de ropa fina por si acaso…No estaría de más incluir una frontal si pensamos que podemos andar justos. El tamaño de las frontales de diodos actuales no nos deja excusa posible, ya que caben en el bolsillo de la bolsa de magnesio. El tema del agua puede ser determinante, (cuantos habremos pasado sed en la pared por aligerar peso…) y la comida, aunque también es importante, se suele descuidar más.

-Dependiendo del tipo de descenso, de las horas de escalada y sobre todo de lo incómodos que sean nuestros gatos, viene muy bien subir unas zapatillas de trekking colgando del arnés para cambiarnos al llegar arriba. Además de ser útil, es un gran placer. Eso si, mejor con mosquetón de seguridad para no perderlas.

-Gafas de sol y crema protectora: nos ayudarán a no quemarnos. Pensad que la pared reflecta los rayos del sol y no es raro pasarse de 4 a 5 horas en la misma, por lo que si no tomamos precauciones, nos quemaremos.

Actitud

La cabeza es la que manda, más que el físico. No pasa nada por bajarse de una vía si la cabeza no responde, siempre será mejor que arriesgar inconscientemente para aparentar ser más escalador de lo que se es.
Tanto cuando empezamos cómo cuando ya tenemos experiencia, no olvidar nunca el riesgo que existe y nunca subestimarlo.
En escalada clásica, la cabeza marcará muchas veces la diferencia entre llegar arriba o no, ya que la exposición es mayor, aunque la dificultad suele ser menor que en deportiva.

La experiencia da seguridad y conocimiento, pero todos tenemos que empezar alguna vez, y nadie nace sabiendo. Lo cierto es que merece la pena, así que animaos que no os arrepentiréis…

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