Lynn Hill

Damos un repaso a la trayectoria de la americana Lynn Hill; no sólo la mejor escaladora femenina del mundo, sino una de las más grandes escaladoras de todos los tiempos, contando a hombres y mujeres.

Lynn Hill, nacida en los Estados Unidos en el año 1.961 es seguramente, junto con Catherine Destivelle, la mujer más influyente que ha dado la escalada hasta el día de hoy. En la actualidad, son cada vez más las chicas que escalan y encadenan tanto o más que los hombres, pero allá por los 80, era verdaderamente algo fuera de lo común.

Hill nació en Detroit., Michigan, aunque pronto establecería su residencia en California. Con 14 años empezó a escalar como casi todos, de manera accidental, inducida por sus hermanas y por probar. Joshua Tree fue el lugar que vio escalar por primera vez a una todavía jovencísima Hill.
Pero parece ser que se le daba bien, ya que en menos de cinco años, formaría parte de la comunidad escaladora del famoso Camp 4 de Yosemite. Su relación con el escalador John Long le sirvió para aprender y ganar experiencia. John Long formó parte de la cordada que logró la primera escalada a la Nose en el día.
En el año 79 se convirtió en la primera mujer en encadenar un 7c+/8a, lo que supuso un bombazo en la mentalidad de aquellos años. En el 84 escalaba Yellow Crack, un 7c a vista. Desde el 86 hasta el 92 Lynn fue la escaladora más fuerte con diferencia, ganando más de 30 títulos internacionales, incluyendo cinco victorias en el Arco Rock Master.
La única capaz de plantarle cara y ofrecerle resistencia era la francesa Catherine Destivelle, con la que compartía una sana rivalidad.
En el 91 consigue en primer 8b+ femenino mundial, con Masse Critique, en Cimai, Francia.

Al terminar su carrera como escaladora profesional Lynn se dedicó a la roca y las paredes. Es curioso que la evolución de las dos grandes escaladoras de los 80 haya sido prácticamente idéntica; de la escalada deportiva de competición hacia una concepción más alpina y comprometida del montañismo. Al igual que Destivelle, Lynn se hartó del mundo de la competición, de sus exigencias, rivalidades y artificialidad.
Se inicia en las grandes paredes a lo grande: logrando la primera femenina a The Shield. A partir de ahí, se convertiría en un referente a seguir por muchos.
El gran logro de Lynn, y por el que todo el mundo la conoce y por el que pasará a la historia fue la primera escalada en libre a la Nose, en el Capitan en 1993.
No la primera libre femenina sino la primera en libre absoluta. Nadie había sido nunca capaz de escalar la famosa vía con ayuda tan sólo de pies y manos. Hill dio una primera graduación para The Nose de 8b+.
Al año siguiente, se convirtió también en la primera persona en escalar en libre la Nose al Capitan en el día.
Evidentemente, no a todos les gustó la noticia, y no tardaron en aparecer las voces discordantes, que dudaban de su realización y que incluso afirmaban que la única razón de que Hill hubiera sido capaz de liberar la vía donde muchos hombres se habían estrellado, era que tenía dedos finos y pequeños, y podía meter las manos en fisuras donde un hombre no sería capaz.
La liberación de la Nose una década después por el tandem americano Caldwell-Rodden desmintió totalmente esta versión, lo que demuestra que Lynn Hill tuvo que luchar con más cosas que la pared y la gravedad a lo largo de su carrera. Extrayendo un pasaje de su libro, Hill habla precisamente sobre esta polémica creada sobre su valía como escaladora en un mundo de hombres:
«A menudo me defraudaban las actitudes sexistas fuera del mundo de la escalada, pero aún me molestaba más verlas entre escaladores. Tal vez eso era porque sentía que la escalada era la primera actividad auténticamente igualitaria en la que yo había tomado parte. Todos eran iguales ante la roca, a mi entender. La belleza de la escalada radica en que cada persona es libre de hacer su propia coreografía para adaptarse a la roca.»(Free Climber, P. 54 ediciones Desnivel)

Lynn se sobrepuso a las polémicas y discusiones de la forma que mejor sabía hacerlo: escalando. En el campo 4, se adaptó perfectamente a la mentalidad y filosofía del momento, impulsada y promovida por el mítico Jim Bridwell.
Aquellos escaladores tenían una serie de reglas sagradas que Lynn asumió e implantó en su propio estilo:
Por ejemplo, empezar a escalar siempre desde el suelo, no valía descolgarse o estudiar la vía desde arriba; y siempre bajar al suelo (o a la reunión) y volver a empezar cuando uno se caía escalando de primero. Cualquier reposo a mitad de vía era considerado una trampa imperdonable.
El alpinista-escritor Jon Krakauer, autor de Into Thin Air, define a Hill de la siguiente manera: «no sólo la mejor escaladora femenina del mundo, sino una de las más grandes escaladoras de todos los tiempos, contando a hombres y mujeres»

En el 98, consigue la primera femenina el mítico problema de bulder Midnight Lightning, en Yosemite.
En el 99, junto con Beth Rodden, Nancy Feagin y Kath Pyke, libera Bravo les Filles 8a+/8b, en Madagascar; probablemente la vía más complicada escalada nunca por un equipo compuesto íntegramente por mujeres.

Vivió también experiencias traumáticas, aunque curiosamente no en las paredes de mil metros de altura de Yosemite, sino en una vía deportiva de apenas 25 metros y 6b+, cuando cayó desde la reunión hasta el suelo. Un despiste al no atarse el nudo al arnés hizo que, al llegar al final de la vía y colgarse para que le bajaran al suelo, se precipitara al vacío. Con algo de suerte, un árbol paró el primer impacto, y se libró del fatal desenlace Afortunadamente, todo quedó en lesiones «menores» (un codo dislocado), horas de rehabilitación y una buena temporada sin escalar.
Actualmente, Lynn Hill desarrolla una serie de campus de escalada para niños y es atleta esponsorizada de las marcas North Face y recientemente de Patagonia. En cierta manera se cierra el círculo, ya que fue Yvon Chouniard (dueño de la empresa Patagonia) el primero en ofrecerle un contrato de esponsorización cuando Lynn empezaba a escalar. Ha participado y participa también en los Petzl Roctrip, los encuentros anuales que organiza la marca Petzl en diferentes partes del mundo, juntando a los escaladores deportivos más punteros en una especie de competición abierta al aire libre.
Ha escrito un libro, publicado en España por Desnivel, titulado Free Climber, mi vida en el mundo vertical, donde relata sus vivencias e impresiones en primera persona.

Podemos decir que actualmente se dedica a escalar, a viajar por el mundo y a las relaciones públicas de las diferentes marcas a las que representa. Un trabajo que a cualquier escalador le gustaría tener…
Aún así, se mantiene en activo, a pesar de ser madre de un niño pequeño llamado Owen. Sin ir más lejos, en 2005 hizo la primera ascensión en libre a West Face, (8a/8a+) en la Leaning Tower, Yosemite con Katie Brown.

Verdaderamente, toda una vida en la vertical.

Lecturas recomendadas:

Free Climber; mi vida en el mundo vertical.
Lynn Hill y Greg Child. Ediciones Desnivel, 2003

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